Mostrando entradas con la etiqueta proyectos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta proyectos. Mostrar todas las entradas

martes, 16 de mayo de 2017

Más de un mes sin escribir

En 2014, el año en que inicié la andadura de Incasequible, falté dos meses a mi compromiso personal de escribir. Desde entonces, no ha habido mes, ni en 2015 ni en 2016, en que no haya escrito alguna entrada. Sin embargo, el mes pasado no escribí nada. Por primera vez en dos años y medio.

El motivo es que, como comenté en un post anterior, este año tengo un ultimátum a mi persona: debo desarrollar el proyecto, ponerme las pilas. Eso o buscar otra forma de terminar mi estancia en la empresa en que trabajo. No es mal trabajo: en absoluto. Pero tras once años en él estoy estancado profesionalmente.

¿Y cómo anda ese proyecto? Pues... Bueno... Con sus luces y sus sombras, pero bien. No voy a contar nada de momento, pero mis prioridades mandan y ahora ando dedicando todo el tiempo que puedo a mi proyecto. ¿En qué acabará? Ya os lo contaré.

Entre tanto, trataré de escribir pronto y seguir el ritmo, pese al trabajo.

lunes, 20 de febrero de 2017

Un mes sin escribir

¡Madre mía, un mes! Es mucho tiempo, sí señor. He estado hasta arriba de cosas.

No sé si lo comenté recientemente, pero mi objetivo de este año es definir y prepararme para una nueva etapa en mi vida. Llevo años recorriendo un camino en busca de mi propio negocio, pero tras esos años llega el momento de evaluar. No se trata de echar por la borda el esfuerzo realizado, sino de evaluar si el rumbo tomado es correcto. En otras palabras: me he dado un ultimátum a mí mismo. Para centrarme, han desaparecido de mi vida prácticamente todos los tiempo muertos dedicados al ocio. Si bien mantengo alguna aplicación "casual" en el móvil para esos cinco minutos en que espero a que hierva el agua para el arroz, todo mi tiempo intento centrarlo en la productividad. Y debo decir que me está cundiendo.

En verano, con lo que haya terminado (o no), iré preparándome para una aventura alternativa. Nunca cerraré la puerta de mi negocio, una ilusión por cumplir, pero estoy ya muy muy cansado del lugar en que trabajo y necesito cambiar de aires. Mi última alternativa es irme a otro trabajo por cuenta ajena, y ponerme a buscarlo será algo que posponga hasta final de año, cuando vea a qué me ha llevado este periodo de extraordinaria productividad.

Por eso escribo poco: estoy petadísimo. Pero contento. Satisfecho. Hoy mismo, además de este post, prepararé algunos más, que se irán publicando automáticamente.

En fin: es año de ultimátum. De resultados (y voy bien, lo prometo). Veamos a qué nos lleva.

lunes, 2 de enero de 2017

Un nuevo año

No me voy a alargar con este post. Sólo pretendo decir tres cosas: Primera, que escribir el año pasado unos objetivos y ponerlos en la pared, frente a mí, para tenerlos siempre presente, fue un total acierto. Creo que anima y te permite tener en todo momento claras tus prioridades.

Segundo, que no: no los he cumplido todos. Una pena. Concretamente, dos sí y dos casi. Y cuando digo casi es casi casi. Y si bien no me dejan muy contento esos dos incumplimientos, por mucho "casi" que haya de por medio, me siento satisfecho. El experimento ha sido fantástico y, simplemente, debo hacer un post-mortem del año, analizar los porqués y mejorar los objetivos de 2017.

Tercero, no he escrito aún los de 2017, pero tengo claro que uno de ellos tiene que ver con un avance claro y radical en mi vida profesional. Ya le daré forma, pero es mi absoluta prioridad de cambio este año.

Y nada más. Breve. Poco definido, lo sé. Pero ahí queda eso de momento. Empiezo 2017 con más dudas que 2016, aunque siento que tengo más motivos de tener esperanza que los que tenía al empezar 2016. Ya veremos.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Nuevo curso

Hay dos momentos en el año en que uno hace revisión de lo conseguido y se marca objetivos. Uno es, cómo no, el final del año. O tal vez el principio. Igual da. El otro es el inicio del curso.

Los niños han iniciado el colegio con la típica actividad que no termino de entender: preparar carteles de clase y portadas de cuadernos. No lo entiendo porque sí, vale: que se impliquen en la decoración de clase está bien. Pero luego falta tiempo para ver materia y me da por preguntarme por qué puñetas no empezaron a estudiar antes y, así, aprovechan el tiempo. Son semanas en que no ven nada. Hacen sus mini exámenes para ver qué nivel traen, hacen dibujos, juegos... Y nada de materia. Modernidades. Supongo que lo harán por algo que yo no entiendo.

Así que tenemos propósitos: el mayor debe adquirir mejores hábitos, porque ahora estudia en parte porque estamos encima de él, y el menor tiene que sacar adelante ciertas cosas. Por nuestra parte, yo necesito organizarme para sacar al menos una hora diaria de curro que dedicar a mis proyectos, cosa que puedo hacer con facilidad.

Nuevo curso. Propósitos. Revisión... Lo de poner objetivos claros, colgados en la pared, sobre el monitor, es fantástico. Muy recomendable. Ayuda mucho, y voy camino de conseguirlos todos a poco que me esfuerce un poquito. El caso es que ando contento.

En el curro la cosa va de mal en peor en cuanto a ambiente. Después e ajustes de horarios y chorradas por el estilo y de amenazar con cambiarme las condiciones y expresar voluntad de hacerme viajar (cosa que no me gusta nada), han puesto cámaras y un sistema de control de horas de trabajo. Me alucina la capacidad que tiene la gente para fastidiar un buen ambiente de trabajo de manera innecesaria. En cualquier caso, a mí me ha venido bien, porque, aunque no creo que afecte a mi productividad o capacidad de trabajo, me permite ser más consciente no ya de mis tareas, sino también de los tiempos que le dedico. Aunque no creo que produzca ahora más que antes, sí reconozco que me motiva ver los avances. En fin, estupendo pues.

Llevo un septiembre motivado. Y eso es estupendo. He vuelto de vacaciones animado. Me han venido fenomenal. Encima estoy algo más motivado que de costumbre en el curro: no lo estoy tanto desde hace seis u ocho años, creo yo, y lo estoy en mis proyectos, uno de los cuales está ya terminado a falta de que lo revisemos Canajack y yo. Es fenomenal.

Es la recta final del año. El último empuje. Tres meses y pico que pueden redondear un buen año.

Estoy muy contento.

martes, 30 de agosto de 2016

Vacaciones

Hoy comienzo mi primera jornada laboral tras más de dos semanas de vacaciones. Es la primera vez en años que "desconecto" por completo. He cambiado de aires y no he recordado la empresa en estos días absolutamente nada. Mi mente estaba a otras cosas. Ni tareas ni nada de nada. Cero. Reseteo absoluto. Una gozada.

No me ha costado volver lo más mínimo. Hay cambios, nuevos cambios (como casi siempre, negativos) y me da igual. Vengo con energías renovadas para enfrentarme a las nuevas medidas, pasar tres pueblos de la parte negativa y coger mi PC en casa y ponerme a hacer cosas. Muchas cosas. No sé cuánto durará, pero me siento bien. Supongo que para eso están las vacaciones.

Porque, hablando de proyectos, he desconectado al 100% de mi trabajo, el que me da de comer, pero no de mis proyectos. Reconozco que en más de una ocasión he echado de menos hacer cosas. tener un PC cerca y lanzarme a programar en esas tardes tranquilas, cuando los niños se bañan en la piscina o juegan a algo, la peque se echa la siesta y yo puedo disfrutar. Con la impresionante falta de tiempo que tiene uno en su día a día para hacer "cosas suyas", a veces te sientas durante las vacaciones y piensas que vaya pérdida de tiempo. Pero, quieras que no, se agradece.

En fin, post estúpido, me temo, pero bueno. Para eso esto es un blog personal.

Por cierto, pasado mañana dejo de venir de nuevo durante una semana para cuidar de los niños mientras no tienen colegio y mi mujer sí. Mola. A ver qué hago con ese "tiempo libre", que será bastante...

miércoles, 27 de julio de 2016

Revisando objetivos

Hace casi 8 meses que escribí mi entrada de inicio de año, estableciendo cuatro objetivos a conseguir. Para facilitar su cumplimiento, hice que fuesen pocos (sólo 4), que fuesen razonables (nada de "hacerme millonario") y que estuviesen pegados en la pared, justo encima de mi monitor, para verlos todos los días (o casi: no todos los días me siento frente al ordenador).

Ocho meses, nada menos. ¿Cómo van los objetivos? Pues fenomenal.

El primer objetivo era en el plano laboral: terminar la app para niños. Debo decir que ya estoy corrigiendo algunos detalles, a punto de dársela a Canajack para que revise. Me parece muy razonable, esta vez sí, lanzarla en septiembre o, como tarde, octubre. Es todo un logro personal, tanto para mí, como para Canajack, y estamos muy contentos.

El objetivo económico era tener cuentas saneadas y ahorrar, teniendo además un buen verano para los niños. Ahora mismo, mantenemos un pequeño ahorro, gracias especialmente a alguna paga extra de mi mujer. Si bien el ahorro estable está costando, espero lograrlo tras el verano. ¿Y esas vacaciones? Pues los niños han tenido quince días de campamento y, además, disfrutarán con nosotros de una semana en Menorca y otra en una casa rural muy chula en Murcia. Para colmo, habíamos planteado con ellos una actividad muy entretenida: cada uno tiene un mapa de España con las capitales de provincia señaladas. Cada vez que visitamos (no sólo pisando: visitar visitar) una de ellas, compramos pines y los ponemos en el mapa, donde corresponde. Este verano se han hecho con Ávila y Segovia, a donde fuimos un par de días de excursión, y esperamos conseguir Barcelona, Tarragona, Castellón, Valencia y Alicante. ¡Toda una aventura para ellos!

El objetivo saludable del año era mantenerme desde octubre a diciembre por debajo de los 95Kg. Empecé el año en 105 y ahora mismo me mantengo entre 95 y 97, lo que constituye una marcha extremadamente buena. Espero, en agosto, ir reduciendo poco a poco hasta 95 Kg y, rota esa barrera, reducir otro kilo o dos en septiembre, para mantenerme desde octubre en unos 93Kg y lograr así mi meta. ¡No va nada mal la cosa!

Por último, tenía un objetivo familiar: tramitar el acercamiento de mi madre a una residencia más próxima a mi hermana y a mí. Eso está cumplido. Todos los trámites están finalizados y ahora sólo queda esperar a que la administración y las listas de espera nos den buenas noticias.

Como supondréis, tengo buenos motivos para estar contento. El día que entregue la versión final del juego a mis compañeros para revisar, cosa que espero que pase en unos días, estaré aún más contento y escribiré algo.

¿Y vosotros? ¿Cómo van esos objetivos?

martes, 12 de julio de 2016

Turismo

El jueves recogemos a los dos mayores, Enrique y Santi, que han estado en un campamento en el Valle del Jerte, en Cáceres. Aprovechando que estaremos allí el jueves temprano, porque se les recoge a las 10, subiremos por el valle para ir a Ávila, recorrerla y, de allí ir al Camping de Segovia a pasar la noche. El viernes tenemos previsto recorrer la ciudad y viajar a Aranda de Duero.

Para poder disfrutar del viaje y hacer que los niños se lo pasen bien, he preparado una ruta por Ávila y otra por Segovia, sin ánimo de recorrer demasiadas distancias, aunque pasando por lugares emblemáticos y, sobre todo, que tengan historias que contar. Les hablaré de leyendas y hechos históricos de las dos ciudades, que es algo que suele gustarles mucho.

Preparando todo ese material me he encontrado con que Internet es un lugar estupendo de donde sacar información, pero realmente está dispersa. Los sitios oficiales no aprovechan la tecnología, y no encuentro herramientas que permitan fácilmente encontrar lo que quiero. Hay que bucear. Demasiado, diría yo. Así que, cómo no, ya tengo otro proyecto en mente. Y van muchos. Me falta tiempo. ¡Me falta pasta!

Quiero una especie de Google Maps donde pueda tener todos los lugares de interés y turísticos de la ciudad. De todas las ciudades posibles. Quiero que estén categorizados por los que la gente considera más importantes, algo que ya hace Miniube. Y quiero que los lugares contengan propiedades, no simplemente texto, como los costes, tiempos de visita, horarios, si son para niños o no, accesibles o no, etc. Quiero, además, que asociados a estos lugares haya historias, leyendas, datos diversos, informaciones de interés... Y todas ellas, a su vez, organizadas y con sus propiedades. Con su importancia o interés, según lo que opinen los usuarios. Y, finalmente, quiero poder organizarme un recorrido marcando qué ver y qué historias escuchar, dónde descansar, comer... Guardarlo en mi cuenta y disfrutar de él una vez allí. Y ver, resumido, el coste, duración total, etc.

Ya que no tengo tiempo, que alguien lo haga, caray. Que después de Ávila y Segovia me gustaría ir a otras ciudades de España. Este mismo verano, Valencia, Burgos y, tal vez, Murcia.

martes, 24 de mayo de 2016

Temas para un blog

Ayer escribí porque me di cuenta de que este blog, Incasequible, ha cumplido dos años. Impresionante para alguien como yo, que carece de disciplina para mantenerse en una tarea demasiado tiempo. El asunto coincide con el hecho de que, además, llevo dos años y medio metido en un proyecto de desarrollo de un juego con otra persona, Canajack, que también es la primera vez en su vida que logra mantenerse tanto tiempo en un proyecto personal.

Ya lo mencioné alguna vez en algún post anterior: algo cambió en mi cabeza hace dos años y medio, que me permite mantenerme en un proyecto durante años y escribir en un blog de manera estable y frecuente. Algo cambió, no sé qué. Igual mi hartazgo de estar en la empresa en que estoy, hartazgo que alimento manteniendo en mi mente cierta manía a la empresa. Aquí se vive muy bien, porque el horario es bueno y la empresa, chapuza tras chapuza, dura y dura... Con lo que es un lugar seguro y estable. Pero no se puede crecer ni hacer nada en condiciones. Y eso frustra. Supongo que va con el carácter de uno. En mi caso, no es ya que no vaya conmigo: es que ahora mismo no quiero que vaya conmigo, porque las ganas de irme me sirven de incentivo para seguir haciendo en mis ratos libres lo que quiero hacer: proyectos para largarme y montar algo por mi cuenta.

Pero eso no justifica escribir en un blog durante dos años. Lo haría si ganase dinero con ello, pero con una media de visitas inferior a 40 por post, como comprenderán, no es el caso. Así que algo cambió en mi cabeza hace dos años y medio y, a decir verdad, no sé qué ni cómo. Me encantaría saberlo, porque podría ayudar a otros en mi situación. Pero la realidad es que no tengo ni idea.

Una lectora de este blog me ha sugerido varias veces tratar de conseguir visitas, promocionar las publicaciones y ganar algo de dinero con esto. Confieso que si no consigo visitas a veces es porque no me apetece. Los seis posts que han superado las 100 visitas tienen en común que han sido promocionados de alguna manera: he publicado en Facebook o me han metido en Menéame. Así que superar las 100 visitas por post es hasta fácil. No creo que eso me diese pasta, pero es que, encima, los posts que publico a continuación de los promocionados suelen beneficiarse también, así que es muy probable que esos 100 fuesen aumentando. No es para ganarse la vida, sin duda, pero me parece interesante: poder, se puede.

Pero no creo que este blog sea para eso. De hecho, es que no lo es. Es un blog puramente personal. Como Sheldonadas, mi otro blog, dedicado a corregir creencias populares incorrectas, en que tengo escritos posts hasta finales de agosto (se irán publicando automáticamente). Son blogs carentes de un interés concreto, nada temáticos. Son personales.

Y me pregunto: si me plantease hacer un blog temático, al que la gente interesada por el tema se enganchase, ¿de qué lo haría? Un blog es mucho curro, así que debería ser algo que me resulte fácil hacer. Y, evidentemente, algo que me apasione. No creo que sea importante que haya mucha gente interesada: más bien, que haya poca gente que escribe sobre el tema, o no en el formato en que lo haga yo.

La primera idea que surgió hace unas semanas, haciendo lluvia de ideas con mi hijo mayor, fue un videoblog, acompañado de blog escrito, sobre juegos de tablero familiares. Familiares y, a lo mejor, no tan familiares. La idea serían vídeos en español con nosotros jugando partidas a esos juegos. Blogs de este tipo en español no hay muchos: casi todos explican el juego y opinan, pero no juegan. Y, de los poquísimos que hemos encontrado, casi todos son infantiles, no familiares.

La segunda idea es un tema que me encanta: Inteligencia artificial y robótica. El problema es que requiere de mucho tiempo, porque hay que desarrollar antes de grabar o explicar, y bastante tengo con mi proyecto del juego para meterme en ese berenjenal.

La tercera idea serían los videojuegos, pero eso está masificado.

Cuarta idea: Automatizaciones para la vida diaria. Uso de IFTTT, herramientas como las de Google, etc. Cómo automatizar tareas de la vida diaria y, sobre todo, del trabajo o la empresa. Tutoriales y guías para utilizar la tecnología para, sobre todo, personas no acostumbradas a ella. Es interesante, qué duda cabe. Y no es complicado. Aunque no sé si eso sería fácil de promocionar. Igual sí...

En fin, es una lluvia de ideas. Antes de dedicar algo de tiempo a esto, debo terminar la versión alfa del juego. Es prioritario. Luego, Dios dirá. Pero por ir dando vueltas a las cosas, no pasa nada.

¿Alguna idea?

miércoles, 3 de febrero de 2016

Retomando el blog

Buf, vaya mes. Llevo todo enero sin escribir, prácticamente. Sólo un post. Tela. Ahora me apetece escribir algo, aunque no porque tenga algo que decir en concreto, que sería lo suyo, sino porque me apetece escribir. Me apetece alimentar el blog. Ignoro si eso es bueno o malo, pero es lo que hay.

En mi trabajo hay gente variopinta. Como en todos. Hace un par de años era común que todos nos plantásemos a primera hora en la cocina para tomar un café y charlar. El problema es que, a veces, surgía algún pique. La consecuencia fue que, hace año y medio, de golpe y porrazo, hubo un pique extremo y el café se dividió en tres grupos. Y así quienes se picaban acabaron separados, evitando las charlas donde sus puntos de vista y formas de hablar, incompatibles, acababan enfrentadas.

Por lo que sea, no voy a enrollarme con lo innecesario, hoy ha habido una nueva reunión de esos pareceres, y ha vuelto a surgir el temita crítico. Y no ha habido pique pues... No sé por qué, la verdad. Supongo que porque algunos han cambiado su forma de tratar los temas. Pero la tensión se percibía.

La cuestión es la siguiente: Todos tenemos lo que se llama una "zona de confort". Salir de ella es complicado. Las barreras que la delimitan pueden ser reales o imaginarias. Normalmente, de hecho, son una interpretación de la realidad. El asunto es que, en la oficina, hay dos polos opuestos en cuanto a la visión de esas barreras y su naturaleza.

Por un lado, hay quien considera que esas barreras son puramente externas, impuestas, y que tu "zona de confort" no es eso, sino una "zona de supervivencia". Lo que hay más allá es el desastre. No eres tú o tu opinión. No es ni siquiera tu carácter. Es que es la realidad, y la sociedad y el montaje de esta maquinaria económica que nos rodea nos encierra en esa "zona de supervivencia" por narices. Y, cuando tu situación es la que es, la que la mayoría de la gente tiene, simplemente es imposible salir sin poner en serio riesgo la seguridad de tu hogar y la gente que depende de ti. Hacerlo no es que sea arriesgado: es una irresponsabilidad.

Por otro lado, están quienes piensan que son barreras más subjetivas que objetivas y que salir de la zona de confort es posible. Piensan que la gente que tiene iniciativa y ganas, sale y puede tener éxito, y que cambiar tu vida está en tus manos. El dinero y el sistema que éste genera no te obliga a nada, y si quieres largarte al campo, puedes perfectamente: es tu decisión.

El problema que suelen tener estas conversaciones es que la gente pone ejemplos extremos y al final parece que todo gira en torno a ellos, cuando, curiosamente, todo el mundo sabe que son eso: ejemplos extremos estúpidos. Al final, o alguien impone cordura o todo se va al garete.

Mi conclusión es que me encanta el ser humano. Adoro ver tal diversidad de pareceres y opiniones. Es esa diferencia de formas de pensar la que genera conversaciones y nos hace replantearnos cosas. Es la que nos incita a cuestionarnos nuestras opiniones y a generar ideas nuevas. Es esa diversidad la que impulsa la cultura a pequeña escala.

Por otro lado, me da pena ver posturas tan sólidas, ancladas en la falta de libertad. Cuando una persona no se siente libre, sufre. El ser humano es una fuente inagotable de deseos por cumplir y de búsquedas que, si no goza de libertad, generan frustración y desesperanza. Por eso, ver posturas, cualesquiera que sea y versen sobre lo que versen, del tipo "debo aceptar que el entorno me obliga a esto, que no me agrada", se me hace difícil.

Creo que nunca es tarde. O casi nunca. Es cierto que la situación de la gente está en muchos casos determinada por su situación financiera, pero creo que los que la tienen tan desesperada que no tienen más remedio que seguir con la vida igual son una pequeña minoría. Hacer una lista asumible de lo que uno desea lograr y generar una estrategia a, pongamos, 10 años, es algo que todos podemos hacer. Una vez hecho, sólo resta ver de dónde podemos arañar esas horas de trabajo necesarias para llevar a cabo nuestros sueños. No creo que haya muchos casos de personas que no puedan hacer esto, que no tengan cuatro o cinco horas semanales para estudiar algo, desarrollar un proyecto o lo que sea necesario para conseguir lo que quiere. Y sí: implica trabajo y esfuerzo. Y no es fácil, tanto menos cuanto mayor eres y más responsabilidades te has echado a tus espaldas. Pero se puede.

El problema de esta postura no es tanto que se crea que no es posible, como que se esté convencido de que ésa es la realidad y que los problemas están fuera de tu control. Esto último implica que intentarlo no merece la pena y eso, me temo, es lo que realmente te da la razón: nunca lo harás.

martes, 6 de octubre de 2015

No me puedo creer que escriba sobre esto...

Ayer escribí sobre lo bien que estaría tener una liga de videojuegos inter-escolar. Molaría. Más de un lector (de los pocos que tengo, "más de uno" es un porcentaje considerable de lectores) se habrá emocionado con la idea. Así que ayer tarde me puse a darle vueltas y me planteé qué haría falta para organizar algo así.

Cuidado: esto no quiere decir que vaya a meterme en semejante berenjenal. O sí: ya no lo sé. Pero no, prefiero pensar que no. Esto es pensar por pensar.

No me puedo creer que escriba sobre esto...

¡Pasta, pasta, pasta!

Lo que hay que lograr es que los colegios participen. Y para eso hay que incentivarles. ¿Cómo? Pues con pasta, claro. Podría ser en forma de equipamiento escolar o de dinero contante y sonante. Prefiero lo segundo, porque si ofreces equipamiento a ver qué das que no tenga nadie. Y si alguien lo tiene, ya no le incentivas tanto. Así que mejor dinero.

Por otro lado, no es plato de gusto que los chavales se dejen la piel y los colegios se lleven el premio. Algo deberán ganar los niños. O igual más que los niños, los padres. Para los niños, cosas como tarjetas de dinero virtual para su plataforma favorita es una opción, pero como padre yo prefiero hardware para gamers: cascos, teclados, ratones, tarjetas gráficas... Eso se podría conseguir con un buen patrocinador. Sobre los padres, igual estaría bien becar a los campeones: becas de libros, matrícula, comedor... O sea, al final es dinero. Lo suyo sería que los propios colegios bequen a quienes les permiten ganar, pero dudo que en la educación pública tal cosa sea legal.

O sea, que hace falta pasta para premios a los colegios, pasta para pagar becas a los chicos y un patrocinador que permita dar regalos en forma de hardware o similar a los ganadores.

Juegos

Otra cosa importante, claro, es decidir en qué juegos se compite. Lo suyo es que se acaten estrictamente las recomendaciones del PEGI. A bote pronto:

PEGI 3
El todopoderoso FIFA y Hearthstone, un juego de cartas.
PEGI 7
Con PEGI 7 no he visto ningún juego especialmente interesante para e-sports. Tal vez Splatoon, una estupenda y divertida iniciación al género shooter.
PEGI 12
Todos los juegos del género MOBA entran aquí: League of Legends, Heroes of the Storm, Dota 2 y SMITE (que creo que no está en español).
PEGI 16
Starcraft 2. CoD Ghost tiene PEGI 16, pero no es el que se usa en e-Sports. Las versiones de CoD para e-Sports tienen PEGI 18.

Categorías

Como buen amigo de la estandarización, creo que se pueden poner las mismas categorías que en los demás deportes. Eso sí: tal como escribí en otro post sobre esto de la discriminación en las categorías, las haría cerradas por arriba, no por abajo. O sea, que un chaval de 7 años podría participar en cualquier categoría (allá él), mientras uno de 17 únicamente en la superior. Si a alguien le chirría la idea, que lea el post sobre el tema.

  • Prebenjamín: menos de 9 años.
  • Benjamín: menos de 11 años.
  • Alevín: menos de 13 años.
  • Infantil: menos de 15 años.
  • Cadete: menos de 17 años.
  • Juvenil: 17 años cumplidos o más.

Me pregunto si la juvenil, en tiempo escolar, sería necesaria. Total, con 18 se van a la universidad. ¿Sería mejor dejar la cadete como 16 años cumplidos o más?

Organización

Si se desea lograr presencia, no valen campeonatos de un día. Tienen que ser competiciones anuales, con partidas cada semana, igual que hacen con el resto de deportes. Esto implica que hay que crear emparejamientos y todo eso. No es complicado: hay programas que lo hacen en milisegundos.

Además, hay que asegurarse de que los niños estudian en el centro. Hay que certificar su edad. Hay que comprobar de alguna manera que el ID de jugador que usan es suyo y solo suyo, y no juegan en Hearthstone, por ejemplo, con la baraja de su primo el viciado. Todo eso implica un registro de niños y, ¡oh, sorpresa! lidiar con la LOPD. Y si ya topamos con la Administración, esto se pone complicado. Pero bueno: se puede. Es un poco de tiempo dedicado a dar de alta cositas y hacer un par de colas, pero se puede.

Las competiciones deberían ser desde el propio colegio, porque si no la competición no se identifica con la institución. Para evitar desplazamientos, todas pueden ser online (es lo bueno que tiene esto), pero siempre desde el colegio, no desde casa del jugador. El problema es que muchos centros no tendrán el equipamiento necesario. Algunos PCs servirán (y lo dudo), pero consolas fijo que no tienen, y algunos juegos, como el FIFA, suele jugase en consola. Y perder el FIFA es una faena, porque en España es de lo más jugado y los padres será de los juegos con los que menos problemas tengan.

Así que he aquí el primer gran escollo. ¿Se llevan los chavales la consola al colegio para el partido? Algunos padres dirán que tururú, aunque solo vaya a jugar su hijo (los de los demás, que se lleven la suya). Vale, ¿y la tele? Muchos institutos y colegios públicos tienen una sola televisión. Incluso muchos privados. Así que ¿juega uno cada vez? Esto del equipamiento sí va a ser un serio problema para cualquier juego que tire de gráfica o sea en consola... que son todos menos Hearthstone.

Por lo demás, se trata de conseguir voluntarios que vayan al colegio el día de competición y certifiquen que quien juega es el niño que se ha apuntado y que todo se hace correctamente. Haría falta al menos un voluntario por centro y, además, que no sea siempre el mismo voluntario en el mismo centro, porque entonces es fácil que llegue a haber manipulación de resultados. Una alternativa es que cada colegio tenga un representante que deba desplazarse al colegio contrincante (solo él, no toooodos los niños). Quién mejor que "el enemigo" para certificar que allí se hace todo bien.

De dónde sacar el dinero

Pues la inmediata es una plataforma de crowdsourcing, claro. Además, patrocinadores. Por último, existen ayudas de la Administración que, igual soy pesimista, darán para pipas y poco más.

El asunto es cuánta pasta haría falta. Yo me plantearía un mínimo que incentive a los colegios y lo dividiría entre las categorías y juegos disponibles. O sea, que si se llevan todos los campeonatos, realmente la dirección del colegio quede alucinada.

Una vez establecido un mínimo (pongamos, 50.000€, aunque no lo he calculado), que las propias personas digan cuánto más a través de la plataforma de crowdsourcing y que, de paso, sean esas personas las que decidan y apoyen más unos juegos u otros.

Tras hacer cálculos, no sé si muy correctos o no, he visto que el gasto medio que hace la administración en un colegio público es de un millón de euros, más o menos, de lo que una gran parte (casi dos tercios) es gasto de personal. Me parece mucho dos tercios. Pero bueno, supongamos que esas cifras que he ido encontrando por ahí son correctas: implica que el centro tiene unos 300.000€ de gastos varios, de donde gran parte serán gastos corrientes. Así pues, dejemos que, como máximo, un centro público medio tenga unos 100.000€ de presupuesto para material educativo. En ese contexto (e insisto que no tiene por qué ser muy realista), ganar aunque solo sean 5000€ es incrementar un 5% el presupuesto de material, que me parece estupendo.

No sé cómo será el caso de los privados y concertados, pero no será muy diferente. 50.000 de salida, como bote total de premios, me parece una buena cifra. Para colmo, me parece una cifra alcanzable con crowdsourcing.

En conclusión...

Si se resuelve el tema del hardware, quien quiera ponerse, ya tiene un plan. Yo estoy cansado, aunque solo sea de hacer el tontín escribiendo esto.

Quien quiera ponerse, deberá hacer un vídeo, pillarse un dominio, hacer una web y poner el vídeo y todo el proyecto en Kickstarter, IndieGoGo o alguna de esas plataformas. Si se lo financian, a llamar a la torta de patrocinadores, preparar carteles y enviar mails a todos los colegios y AMPAs que pueda. Cuando se vayan dando de alta, a preparar el archivo de niños, lidiar con la LOPD y dar de alta la organización. Mucha tela.

No sé... Si alguien se anima, que me llame e igual le echo una manita. Igual, no estoy seguro... Ya veremos.

Lo importante es que ayer me quedé dándole vueltas y ya estoy tranquilo: esta tarde pensaré en otras cosas, pero en esta ya no.

O sí... Ay, qué mierda esto de ser proactivo y soñador. ¡En cuánto pollo se mete uno!

martes, 8 de septiembre de 2015

La luz al final del túnel

Hoy he vuelto al trabajo (de nuevo: ya volví para irme otros 15 días). Los niños empiezan el colegio. la rutina nos devuelve a la normalidad.

Ayer, último día de vacaciones, tuve tiempo al fin de dedicarme un poco al proyecto que compartimos Canajack (diseño) y yo (programación y negocio): un juego para niños que esperamos publicar en iOS algún día. Así que charlamos un rato y me sorprendió con una grata noticia: "He terminado." - dijo - "Ya están hechos TODOS los gráficos". De ayer a hoy, mi vida ha cambiado, y no he podido hacer menos que venir feliz al trabajo.

Para poner en antecedentes y ayudar a entender el porqué de esta reacción, permítanme decir que el proyecto es corto. Muy corto. Podría hacerse en un mes, tal vez dos, si le dedicásemos jornada completa. Sin embargo, no le dedicamos eso: dedicamos ratos libres. Y no todos los ratos libres de que disponemos. La familia está ahí, la casa está ahí, los amigos están ahí... Vacaciones, gestiones... DESCANSOS... Así que le dedicamos algunos ratos libres. Y eso es poco tiempo. Muy poco.

A eso hay que añadir que es nuestra primera experiencia desarrollando apps para dispositivos móviles. Iniciamos el proyecto en un formato y con un estilo de diseño. Luego, nos planteamos usar un motor de 3D y Canajack se curró los gráficos de nuevo, y yo toda una nueva programación. Cuando vimos que el resultado no era el esperado y que el rendimiento caía en picado, decidimos cambiarlo. Al final, se podría decir que hemos desarrollado el juego tres veces y, en el camino, hemos aprendido mucho, que era uno de los objetivos. Pero claro: solo dedicamos algunos ratos libres, y hemos hecho el juego tres veces. En diciembre haremos dos años de proyecto.

En este tiempo, cada Navidad hemos retrasado la fecha de finalización a Semana Santa. Cada Semana Santa, al inicio del verano. Cada inicio de verano, al final del verano. Cada final del verano, a Navidad. La última vez decidimos no dar fechas: solo avanzar. Y, curiosamente, ayer vi luz al final del túnel.

Hoy puedo decir con gran seguridad que tendremos una versión alfa esta semana. Cuando la toquemos en el iPad y juguemos un rato veremos que hay que hacer cambios -más cambios-, pero serán pequeños. Creo que podemos plantearnos firmemente tener una beta este mes. Sin sonido, pero ya con toda la mecánica y gráficos. Y eso, pensando que cumpliríamos dos años sin terminar, es mucho... y aún nos faltan más de tres meses para llegar a esos dos años. Estoy contento.

Aún quedan por delante cambios, la música, los efectos de sonido, desarrollar la web, terminar de preparar las campañas, hacer los banners, revisar las notas de prensa, traducciones... Queda mucho trabajo. Pero no es lo mismo trabajar pensando que esto es demasiado tiempo a ver la luz al final del túnel.