jueves, 19 de febrero de 2015

Administración 4.0

NOTA: Este post es parte de una serie sobre la vida 4.0. Recomiendo leer el primero, que dio lugar a la serie.

La Familia Personita se muda

La Familia Personita acaba de tener una nueva hija. Como su casa es un poco justa para los cinco que van a ser y el negocio de Mamá Personita va bien y puede permitirse subirse un poco el sueldo, han decidido irse a una casa mayor. El engorro de la mudanza es horrible, pero ya está casi hecha.

Una vez asentados en su nuevo hogar, Papá Personita se dispone a realizar todos los cambios de domicilio. Antes hacía una lista con todas las cosas que debía cambiar de dirección: desde recibos a suscripciones, pasando por Hacienda, la Seguridad Social... Pero ahora tiene la administración 4.0, que le permite hacerlo de forma fácil y sencilla.

Con la administración 4.0, los datos no están en las empresas, sino en el registro central del Estado. Compañías y Estado comparten un protocolo de comunicación de datos y permisos, por lo que todo lo que tienen las empresas queda registrado y accesible de forma fácil al ciudadano. Los ciudadanos no facilitan sus datos a las empresas: lo que hacen es otorgar permisos de lectura de sus datos. Se pueden tomar datos de la base central, pero solo bajo permiso del ciudadano, que puede denegarlos en cualquier momento. Si un ciudadano quiere denegar el permiso, va a su portal del ciudadano y lo cancela. Al hacerlo, el Estado envía una notificación estándar a la compañía, que ya no podrá hacer uso de ellos.

Así que Papá Personita se conecta a Internet a través de su PC, accede a su portal del ciudadano del Estado y, desde ahí, gestiona sus cambios de perfil. Para identificarse utiliza su DNI electrónico. Actualiza su dirección. Listo: todas las empresas que tengan permiso de lectura de su domicilio reciben una notificación del Estado: todas lo saben de forma inmediata, lo que es bueno para ellas y para el propio Papá Personita, que con un clic ha terminado de hacer lo que antes tardaba una mañana. Además, aprovecha para revisar sus permisos. Hay una empresa con marca SuperSpam 2000 que tiene permiso para conocer su teléfono (los permisos deben figurar por empresa y marca registrada bajo la cual se otorgaron). "¿Cuándo he dado yo permiso a esa gente?", se pregunta Papá Personita. Así que no solo revoca el acceso, sino que puede, con un clic, saber quién lo ha otorgado. Se trata de Concesionarios Maluso, el taller donde llevó el coche para la última revisión.

Lo que ha debido de pasar es que Concesionarios Maluso pidió acceso a los datos de Papá Personita con una casilla que había que marcar si no se quiere que el concesionario comparta datos con otras empresas de su grupo. Papá Personita no la vio y no la marcó, así que Concesionarios Maluso le ha dicho al estado "tengo acceso a estos datos de Papá Personita, y él mismo me ha autorizado a darle permiso a SuperSpam 2000". Pero esto es la administración 4.0, y Papá Personita, en su portal del ciudadano, se ha dado cuenta y deniega el uso con un clic. Además, al hacerlo, una ventana emergente le pregunta "¿quiere también impedir que Concesionarios Maluso otorgue permisos en su nombre en el futuro?", y pulsa "sí". Resuelto.

En un momento, Papá Personita ha cambiado su dirección para todas las empresas, publicaciones y órganos administrativos. Además, ha evitado que compañías mal intencionadas usen sus datos.

Una llamada inesperada

La Familia Personita es feliz en su nueva casa. Bebé Personita come bien y crece a buen ritmo. Unos meses después de la mudanza, estando en casa haciendo uso de su baja paternal, Papá Personita recibe una llamada de SuperSpam 2000 ofreciéndole servicios en los que el no está interesado. Tras la llamada, Papá Personita accede a su portal del ciudadano y revisa los permisos. Constan como cancelados desde hace meses, cuando cambió su domicilio. Así que pulsa un botón para denunciar un mal uso.

Una ventana nueva aparece, donde se pide a Papá Personita la fecha de violación de sus permisos, el nombre de su compañía telefónica y permisos para acceder al histórico de llamadas. Al hacerlo, el sistema genera una denuncia y le da un número de identificación (ID), que da a Papá Personita (aunque no necesita apuntarlo: en el apartado de procesos judiciales pendientes de su portal del ciudadano aparecerá). Inmediatamente, el propio sistema envía una petición a su compañía, solicitando el histórico de esa fecha con el ID de denuncia. Al cabo de un tiempo corto (normalmente las siguientes 2 horas), la compañía tiene procesos que revisan las peticiones y dan una respuesta, enviando al Estado el histórico con el ID de denuncia.

El sistema, que posee los datos de contacto de SuperSpam 2000, al recibir la información comprueba si hay una llamada de SuperSpam 2000 hecha sin tener permiso. Cuando la encuentra, automáticamente emite una alerta para juzgados, que pueden resolver de inmediato. Sin esperas, ni abogados, ni papeleos ni nada: directamente desde casa, con un par de clics.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Usuarios y contraseñas

NOTA: Post largo, pero el tema lo merece.

Navegar por Internet es como pasear por la calle

Yo no iría por callejones oscuros de un barrio conflictivo por la noche. Sé por dónde ir y por dónde no. Igualmente, yo no navegaría por sitios web cutres de empresas desconocidas. Se por dónde navegar y por dónde no.

Navegar por Internet se parece a ir por la calle. Si vas por mitad de un barrio residencial de clase alta, con sus chalets a los lados y patrullas de seguridad, pues vas tranquilo. Por el centro de Madrid agarras bien el bolso. En los bajos fondos de Harlem ni te metes, así de claro. En Internet pasa algo parecido: hay sitios seguros y sitios que no lo son. Así que decir que "Internet no es seguro" es como decir que la calle no lo es: pues oiga... depende de la calle.

La seguridad de nuestras cuentas

Confiamos en que visitamos un sitio web, nos damos de alta y la seguridad está en manos de los administradores del sitio. Y no, señores. Una buena contraseña es también cosa nuestra. Es más: ante un ataque a sitios de seguridad media, si tenemos una buena contraseña nos podemos librar de tener problemas. Entendamos cómo funciona esto de la seguridad de las contraseñas.

Seguridad nivel 0: Lo más cutre

Los sitios web tienen todos una base de datos donde almacenan nuestros nombres de usuario (o direcciones de mail) y contraseñas. Si alguien roba esos datos significa que los puede leer. Así pues, si están en texto visible y clarito, pues roban los datos y ya pueden usar nuestras contraseñas.

No sé si habrá algún sitio web así todavía por Internet. Fijo que sí. Pero vamos, cualquier gran empresa tiene este nivel de seguridad más que superado. Para evitar meterse en sitios así, lo mejor es no confiar en webs desconocidas de empresas "de barrio".

Seguridad nivel 1: Encriptación con retorno

En matemáticas existen funciones que son fáciles de ejecutar en un sentido y muy difíciles de ejecutar en el sentido opuesto. El más típico: coja dos números primos y multiplíquelos. Ese número es único. No hay otro par de primos cuyo producto sea igual. ¿Cuánto hemos tardado en hacer la multiplicación? ¿Segundos? Ahora... Hagamos lo contrario. Dado un número, busquemos los dos primos que, multiplicados, lo tienen de resultado. ¡Ops! Esto ya no son segundos: vamos a tardar mucho. Encriptar es coger algo, por ejemplo su contraseña, y pasarlo por una función parecida. Es fácil y rápido. Y genera un resultado único. El problema es que desencriptar no es que no se pueda: es que puede llevar muuuuucho tiempo. Tanto que un ordenador actual tardaría más en conseguirlo que la edad del universo. Así que, para desencriptar se requiere de una "llave". Una "pista", que permite hacerlo con facilidad.

Los sitios con seguridad nivel 1 encriptan las contraseñas y guardan una llave para poder desencriptarlas fácilmente y así compararlas con la que usted escribe en su casilla al hacer login. Genial. ¿Problema? Que si roban la base de datos es probable que roben también la llave, así que... No nos vale.

Este nivel de seguridad, por desgracia, está muy extendido. Les sorprendería ver cómo, probablemente, el sistema de gestión de su colegio (el del mío, usado por muchos colegios en Madrid, por lo que escribo este post), el de la gestión de su empresa o el de una tienda chula de su ciudad, tienen implantado ese sistema. Nunca, repito, NUNCA usen en ellos la misma contraseña que en sus bancos y páginas por el estilo. Ignoro si serían denunciables (la LOPD implica cuestiones de seguridad en el guardado de contraseñas, creo), pero debería ser posible.

NOTA: Hasta aquí sitios poco seguros. Hay una pista que nos dice que estamos ante uno de esos sitios. Vaya a su web e indique que se le ha olvidado la contraseña. Si el sitio le manda un correo con ella, ¡MALO! Significa que una de dos: o no encriptan o guardan la llave para desencriptar. Eso está MAL y ese sitio NO ES SEGURO. Si le interesa tener ahí una cuenta, como me pasa a mí con la herramienta del colegio de mis hijos (que me mandó la contraseña por correo cuando se me olvidó, con dos narices), no use en él ninguna contraseña que luego utilice en bancos o cosas por el estilo.

Seguridad nivel 2: Encriptación sin retorno

Entramos en sistemas de alta seguridad. En los sitios web de empresas serias se llega a este nivel. Y con "serias" no me refiero a iniciativas nacionales aparentemente molonas que usamos frecuentemente. No: con "serias" me refiero a multinacionales reputadas cuyo negocio está relacionado con la tecnología. El ataque sufrido por Adobe hace un par de años fue preocupante para algunos porque tenía este nivel de seguridad, y no el siguiente.

Lo bueno, y por lo que digo que es de alta seguridad, es que en este caso, si el usuario tiene una buena contraseña no tiene de qué preocuparse si roban la base de datos. Pero si tiene una mala contraseña, debe preocuparse. La seguridad aquí depende mucho del usuario.

Lo que se hace es coger la contraseña, encriptarla, guardarla y no generar llave alguna. Esa contraseña no se desencripta. Punto. ¿Y cómo sabe el sitio que la que yo pongo en mi casilla es la correcta? Pues porque también la encripta y compara los resultados. No compara contraseñas: compara resultados. Por tanto, teóricamente, si alguien roba la base de datos al no haber llave no puede saber cuál es la contraseña.

Genial, todo muy seguro, salvo por un detalle: si dos personas tienen la misma contraseña, los resultados son iguales. Eso implica que si, por algún casual, se logra desencriptar alguna contraseña, se tienen todas las que son iguales. Hay empresas que te permiten tener recordatorios de contraseña. MAL. Eso no hace más que dar pistas a quienes roben la base de datos. Si usted y otros 20 tienen de contraseña "Ironman", y uno tiene de recordatorio "superhéroe", otro "el de hierro", otro "stark" o cosas así, pues... entre todos se lo están poniendo muy fácil a los ladrones de datos.

La buena noticia en este caso es que si su contraseña es buena, realmente buena, no debería tener problema alguno.

Seguridad nivel 3: Ahora sí, estamos seguros

...o todo lo seguros que podemos estar. El cambio consiste en añadir a la contraseña un pequeño elemento, una semilla única de cada usuario, de manera que el resultado es diferente pese a tener la misma contraseña. De esta manera, desencriptada una, pues... Nada. Desencriptada una y ya está.

Aún así, el usuario tiene que poner de su parte. No es bueno eso de coger y, porque te piden una mayúscula, una minúscula y un número, acabar teniendo de contraseña "AAAaaa000". No, amigos, eso es una porquería. ¿Recuerdan que les dije que se tarda mucho en desencriptar? Pues la verdad es que les mentí un poco: se tarda según lo compleja que sea la contraseña. Contraseñas muy pobres se puede tardar incluso minutillos. Así que cúrrense las contraseñas, por favor.

Consejos para generar una buena contraseña

La mejor contraseña es una aleatoria. Vayan a random.org o a passwordsgenerator y creen una. Una por sitio, incluso. Si las apuntan, ¡no lo hagan NUNCA en su ordenador!

Otra opción, menos segura, pero bastante buena, es coger frases de sus libros, canciones o poemas favoritos, a ser posible que incluyan algún número. Por ejemplo, si se saben la primera estrofa de la rima de Diez negritos en inglés, pueden generar una contraseña usando las iniciales (teniendo en cuenta mayúsculas y minúsculas) y pasando a cifras los números. Sería algo como "10lIBwotd1chlsattw9". Impresionante. Si se saben la estrofa, recordarán la contraseña. Y es buena. Muy buena.

En fin, de cualquier manera, generen buenas contraseñas. Usen una para su correo, otra para sus bancos y otra diferente para sitios de dudosa seguridad. No es tan difícil, de verdad.

Que ustedes naveguen bien. ¡Y seguros!

miércoles, 11 de febrero de 2015

Falsos mitos: homeopatía y medicina natural

No, amigos, no: este post no es anti homeopatía ni anti medicina natural. Tampoco voy a tratar de convencer a nadie de que compre un medicamento probado clínicamente en vez de un expectorante alternativo. No. Lo que pretendo es aclarar cierta confusión terminológica relacionada con algunas medicinas alternativas.

Cuando empezaron las críticas (merecidas en parte) a la industria farmacéutica y al trato médico en general, se desarrolló una cultura en favor de las medicinas alternativas. Comenzaron a publicarse revistas, a hacerse documentales y material diverso hablando de ellas. Acupuntura, homeopatía, medicina natural... Son muchas y tienen mecánicas muy diferentes. El problema (entre otros, e insisto en que no me voy a meter con su eficacia o ineficacia) es que toda esa prensa sobre el tema no solía tratar una de estas alternativas, sino muchas. El resultado es que la gente ha terminado mezclándolas.

Así pues, y por aclarar, querría explicar algunos mitos referentes, sobre todo, a la creencia de que medicina natural y homeopatía son lo mismo o, cuando menos, tienen mucho que ver.

Empecemos por presuponer, por aclarar términos, que cuando la gente habla de componentes "químicos" y "naturales" se refiere, realmente, a sustancias que se encuentran o no en estado natural. Es decir, todos sabemos (espero) que todo en la naturaleza es pura química y que, por ende, cualquier cosa obtenida en laboratorio es, en cierto modo, natural. Por lo tanto, en este post vamos a asumir que la terminología "químico" equivale a "no presente en la naturaleza sin intervención humana" y el término "natural" equivale a "presente en la naturaleza sin acción humana". Términos opuestos, como ven.

Primer mito: los medicamentos homeopáticos SON "naturales"

Es común escuchar cosas como "la homeopatía usa medicinas naturales" o, como en un comentario de cierto post al respecto, "la homeopatía usa plantas, raíces y cosas así". La gente suele pensar que los medicamentos homeopáticos usan disoluciones de componentes "naturales" (o sea, nada de laboratorio), y esto no es así.

Y para ejemplo, Expecto DHU. Entre sus principios activos está el "Antimonium sulfuratum aurantiacum", o lo que es lo mismo, pentasulfuro de antimonio. Ese componente se obtiene haciendo reaccionar antimonio y azufre en un entorno adecuado (que incluye meterle a la mezcla cientos de grados). Una sustancia parecida, el trisulfuro de antimonio, sí se encuentra en estado natural (es un mineral llamado estibina), pero no así el principio activo del que hablamos, que se genera de forma artificial.

Pues bien, incluso en una popular página sobre medicina natural, recomiendan Expecto DHU llamándolo "jarabe natural". Tócate las narices. Y como el Expecto DHU le pasa a muchos medicamentos homeopáticos. Y créanme: son homeopáticos. Y es que "homeopatía", insisto, no es lo mismo que "medicina natural".

Y, cuidado, no digo que por no ser naturales sean malos. Pero no les llamen naturales, porque no lo son. Son homeopáticos, que es otra cosa, no naturales.

Segundo mito: como es natural, puedo tomar cuanto quiera

...dijo el que luego murió por comerse una seta. Las sustancias "naturales" pueden ser tóxicas. De hecho, prácticamente toda sustancia "natural" es perjudicial si se consume en exceso. Incluso el agua, que miren que es natural.

Con cualquier sustancia, no solo medicamentos, hay que tener cuidado. Hay que tomarlos con mesura, en su medida. Para eso, nada mejor que mirar el prospecto. Pero entendámonos, y esto no es un punto negativo para los remedios naturales, que un medicamento sea "natural" (homeopático o no) no nos debe llevar nunca a "me tomo una, o mejor dos, o diez, total es natural...".

Tercer mito: si se vende en la farmacia, es que funciona

Hace algunos años, esto era verdad. La razón es que la ley obligaba a que un medicamento, para venderse en una farmacia, estuviese clínicamente probado. "Clínicamente probado" significa, para entendernos, que se ha comprobado científicamente que resulta útil por motivos diferentes al efecto placebo. Que funciona, vamos. Que es efectivo. Sin embargo, desde hace algún tiempo las farmacias pueden vender productos homeopáticos pese a que no han pasado análisis clínicos. Y no digo con esto que no funcionen, pero el caso es que, por algún motivo, no han sido probados clínicamente y desde hace unos años se pueden vender en farmacias.

Esto, muy criticado por algunos, se basa en el hecho de que esos medicamentos sí tienen que demostrar que no son dañinos. Así pues, si no son dañinos, y como esto es una democracia, cada cuál que elija qué tomar para curarse. No lo digo en plan irónico: es que es la base sobre la que se fundamenta la venta en farmacias de medicamentos de eficacia no probada.

Dado que por ley son considerados "medicamentos especiales", pero medicamentos al fin y al cabo, solo pueden venderse en farmacias. Y dado que no existe prueba científica de su eficacia, no se incluyen en la lista de medicamentos subvencionados por el sistema sanitario público. En Francia, el estado los financió durante un tiempo, pero hace unos años decidió dejar de hacerlo. En Reino Unido sí están incluidos, bajo la premisa de la libertad de elección.

Ahí ya entra la idea que cada cuál tenga sobre lo fiable o no que debe ser un medicamento y las pruebas que debe pasar para que se financie por el estado. Conste que no soy amigo de la homeopatía (aunque sí de la medicina natural, con limitaciones), pero no es mi objetivo argumentar esto en este post.

Conclusión

Tras leer esto, probablemente algún lector que pensaba que la medicina natural y la homeopatía es lo mismo se pregunta qué es, entonces, la homeopatía. Como es largo de explicar, recomendaría que lo busque en Wikipedia. El artículo es bastante "anti-homeopatía", pero explica bastante bien sus principios.

martes, 10 de febrero de 2015

Roles

Buenos días Mamás

Mi mujer es profesora en el colegio al que van mis hijos. Además, yo tengo un horario en el trabajo bastante bueno (hasta que, recientemente, la cosa se fastidió, pero eso es otra historia). El caso es que, hasta hace poco, mis dos hijos estaban en infantil, y esto hacía que coincidiesen las reuniones trimestrales a las que teníamos que ir los padres con las que mi mujer, como maestra, daba. Además, mi mujer es extremadamente responsable con su trabajo y le gusta mantenerse en su clase cuando corresponde, con lo que, dada mi relativa libertad de horario en el trabajo, soy yo quien ha ido a las actividades escolares en que los padres participan. Y digo padres... por no decir madres y yo.

Al principio, yo solía ser el único padre que acudía a esas actividades. Suerte la mía, supongo. Ahora mismo ya vamos más padres. Y eso, en su momento, me hizo preguntarme qué porcentaje de causalidad proviene de mi suerte de horario y cuánto es por los roles sociales que tenemos establecidos. A día de hoy no me cabe duda que el rol establecido tiene mucho peso.

Como ocurre en otras clases y colegios, los padres de los compañeros de mis hijos crean grupos de WhatsApp. Ahí se preguntan cosas sobre los deberes, fechas, se notifican noticias por si alguien no se ha enterado y se pregunta si alguien se ha llevado la chaqueta de Fulanito, porque ha llegado a casa sin ella. También se piden los deberes y hasta temas completos de libros porque hay un examen al día siguiente y al niño se le ha olvidado (¡flipa!). Ignoro qué porcentaje de los partícipes en esos grupos son madres y cuántos padres, pero sí sé que las referencias en que hay implícito género siempre se hacen en femenino.

Analicemos datos disponibles: En el momento de escribir este post, leo los mensajes de un grupo creado para la organización de un cumpleaños. Cuatro niños lo celebran juntos e invitan a toda la clase y parte de sus antiguos compañeros. En total, en el grupo hay 34 partícipes, de los que 29 sé que son mujeres, un hombre (yo) y cuatro ni idea (aunque tengo motivos para sospechar que al menos dos también son madres). Grupo de clase de mi hijo menor: 28 partícipes. Salvo una persona cuyo género ignoro, soy el único padre. Grupo de clase de mi hijo mayor: 28 partícipes también. 23 mujeres, dos hombres y una persona con género sin identificar.

¿Qué nos pasa a los hombres? O qué les pasa a las mujeres, no sé... ¿No somos capaces de encargarnos de las cosas de nuestros hijos? ¿Prefieren hacerlo ellas? ¿Es, simplemente, interés (por su parte y falta por la nuestra)? ¿Tienen alguna condición que hace que se suelan encargar ellas (por tiempo, falta de trabajo remunerado...)?

Evidentemente, y lo entiendo, se suelen referir al grupo en femenino. No me extraña: en algunos igual soy el único padre. Aunque la cosa llega al punto que el otro día, reunidas cinco personas para tratar temas del nuevo AMPA, y siendo yo el único padre presente (qué raro), una de las asistentes solía decir "chicas", no sin después corregir y mirarme diciendo "y chico, perdona". Fue divertido (no me molesto por cosas así, como comprenderéis), pero representativo.

¿Un molde a romper?

Desconociendo como desconozco los motivos exactos por los que los padres no tenemos el nivel de involucramiento (sí, amigos: se dice así) en la educación de nuestros hijos (y en tantas cosas...), lo siguiente es preguntarme si el modelo debería cambiar.

Yo soy de los que piensa que el hombre y la mujer somos iguales en derechos, pero no en naturaleza. Nuestros intereses difieren, y eso es algo a respetar. A mí me gusta la diversidad: me encanta. La creo necesaria y positiva. Y esa diversidad me gusta preservarla, aunque nunca pasando sobre los derechos de la mujer.

Cuando la gente discute si estas cosas son roles atribuidos socialmente o si es algo puramente neurológico, debido a alguna diferente estructura neuronal que tengamos hombres y mujeres, creo que, en el fondo, hablamos de un sistema que se ha retroalimentado durante milenios. Es la pescadilla que se muerde la cola: las mujeres en cierto momento a lo mejor mostraron más interés por el rosa y culturalmente se les asignó el rosa. Esto generó una cultura del rosa-para-mujeres que alimenta más aún la tendencia femenina al color, no siendo ya solo psicológico, sino también cultural. Supongo que muchas de estas cosas son hoy eso: una suma de cultura y psicología.

¡Buenos días papás!

Independientemente de esto, creo sinceramente que los hombres nos perdemos mucho de nuestra paternidad si no participamos activamente en las actividades de nuestros hijos y la organización de eventos a los que acuden. Soy el primero al que no le gusta el cotorreo, pero bueno... WhatsApp se puede silenciar (yo suelo tener esos grupos silenciados todo el día), pero voy leyendo los mensajes a ratos y trato de participar, aunque no me sienta muy cómodo a veces haciéndolo y me lo agradezcan con un "gracias chicas!" (lo de la admiración, lo sabéis, no es cosa mía: lo escriben así).

En los cumpleaños cada vez veo más padres, pero es habitual que sean las madres quienes llevan a los niños a las celebraciones. Es habitual que las organicen. Es habitual que pregunten en el grupo por los deberes. Si esto es una tendencia a romper (cosa que, como dije antes, no sé), igual las madres deberían incluir en los grupos a sus maridos. E igual los maridos deberían hacer un esfuerzo por participar. A lo mejor las madres podrían usar menos el femenino y los padres estar más presentes.

O a lo mejor es que todos estamos tan a gusto actuando de esta manera...

miércoles, 4 de febrero de 2015

El pequeño empresario 4.0

NOTA: Este post es parte de una serie sobre la vida 4.0. Recomiendo leer el primero, que dio lugar a la serie.

El negocio de Mamá Personita

Mamá Personita tiene un pequeño negocio. Deseaba irse de su empresa, de la que estaba cansada y, como le encanta la repostería, decidió poner un negocio que hace tartas para restaurantes y eventos. Aprovechó que tenía una conocida con una empresa de catering a la que le gustaban sus tartas y un conocido que era dueño de un restaurante y empezó por ellos. Hoy sirve a más de doce restaurantes y tiene un pequeño local donde cocinan y sirven directamente a consumidores.

Mamá Personita llega a su establecimiento a las 7. A esa hora ya hay gente en la cocina, preparando las primeras tartas y bollería del día. Pero Mamá Personita ya ha estado trabajando mientras desayunaba: ya sabe cómo andan de ingredientes en la despensa, ha revisado los pedidos pendientes y ha asignado a cada empleado sus tareas de la jornada. En la despensa todo está perfectamente organizado: harina, huevos, sal, mantequilla... Cada cosa está en un estante que tiene, en su base, una pequeña báscula, que mide cualquier cambio de peso y envía alertas si hay escasez. Automáticamente, en la lista de la compra se apuntan las cantidades necesarias de cada ingrediente para tener siempre lo necesario sin necesidad de hacer nada. Si hay alguna necesidad importante sin satisfacer, Mamá Personita recibe un mensaje en el móvil.

En el negocio todo está estandarizado. Mamá Personita hizo hace tiempo un curso de introducción a la gestión de operaciones, y tiene una hoja de cálculo desde donde las controla. Aprendió que estandarizar los procesos resultaba fundamental para un eficiente control de su negocio, y lo aplica en todo lo que se hace. Cada vez que un empleado prepara masa, crema pastelera o cualquier otra cosa, se coloca en su estante con báscula. Cada puesto de cocina tiene su tablet, donde aparecen las tareas que hay que hacer y un sencillo botón para indicar que se ha iniciado el trabajo. Esto permite saber en todo momento qué hay hecho y qué no, qué está en proceso, etcétera.

Cuando se saca una bandeja de bollos o tartas del horno, también se registra. Si algo lleva mucho tiempo horneándose, salta una alerta. Si entra un cliente en la tienda y no hay nadie atendiendo, suena un aviso. Todo está perfectamente automatizado, y la gente puede centrar su atención en el trabajo.

El calendario y la lista de tareas están enlazados, de manera que lo que pasa en uno se ve en el otro y viceversa. Todos los pedidos especiales aparecen ahí, y con cada pedido nuevo se hacen de forma automática las inserciones necesarias en una hoja de cálculo: ingredientes requeridos, tiempos, etcétera. Además, un sistema predictivo calcula la demanda esperada de cada producto en el día, incluso a la hora, teniendo en cuenta los datos históricos. Así, cada día se revisan las necesidades y se calcula si hay ingredientes suficientes. Mamá Personita siempre tiene lo que necesita con cierto margen y evita gastos excesivos. Además, cocina lo que se consumirá ese día con márgenes de error muy pequeños, maximizando el rendimiento de su negocio.

Todos los datos que guarda en su hoja le permiten conocer su empresa al más mínimo detalle. Puede saber en cualquier momento cuál es la productividad de todos sus trabajadores, el coste medio de cada producto, los márgenes por bollo vendido, el estado de los pedidos, demandas esperadas, gastos programados según el estado de la despensa... Todo sin tirarse horas calculando o pasando datos de un sitio a otro.

Para poder trabajar con los restaurantes y las empresas de catering más cómodamente, Mamá Personita les ha facilitado las cosas. Para hacer un pedido pueden mandar un mail, un SMS o hacerlo a través de la web. En cualquier caso, el mensaje se transforma en un registro nuevo en una hoja de cálculo y se programan las tareas correspondientes. Además, algunos restaurantes tienen en sus neveras un estante para las tartas, con su báscula. Así que, además de recoger datos de demanda en tiempo real y poder calcular cuántas tartas habrá que servirles cada día, saben perfectamente la necesidad de postres que tienen en cada momento.

Ni que decir tiene que toda esta automatización la lleva a la parte financiera. Si a Mamá Personita le gusta tener bien controladas las operaciones, mucho más su caja. Sabe cuánto paga de electricidad y en qué se gasta. Sabe cuánto se paga de gas y de agua y por qué. Sabe cuánto cuesta cada empleado por hora y las horas que echan en el trabajo. Conoce el gasto por producto al detalle, y sabe de inmediato qué impacto tiene una variación en los precios de sus proveedores o lo que se ahorraría realmente si adquiere un nuevo modelo de horno.

Todas las transacciones quedan registradas y conoce en todo momento el estado de sus cuentas y sus gastos esperados. Sus pasarelas de pago y el banco están enlazados, y de todo le llega notificación. Su sistema de datos le permite ver los números agregados y comprobar que en caja las cuentas cuadran.

La automatización de su negocio permite a Mamá Personita centrarse en aquello para o que realmente es imprescindible y en todo lo que le gusta. Todos los días se toma un tiempo para preguntar a sus empleados cómo están. Sus empleados son su mayor activo, el verdadero valor de la empresa. Además, puede revisar los pedidos más importantes con tranquilidad y tratar con sus mejores clientes. También puede dedicar ratos largos a mejorar recetas existentes o crear otras nuevas.

En breve, Mamá Personita prevé abrir una pizzería. Nada más entrar gente en el local, se creará una comanda para servir un bocado de bienvenida. El ambiente, muy tenue, está pensado para parejas o grupos pequeños de amigos. Al sentarse, la luz de la mesa incrementará su potencia para ofrecer un ambiente cálido y acogedor.

En la cocina, cada pizza se prepara y se sirve en una piedra para pizza. Las piedras tienen etiquetas RFID para altas temperaturas. Cuando un cocinero está libre, ve en su tablet la pizza que debe preparar, prepara la masa y coge una piedra para pizza. Automáticamente, el sensor de su puesto identifica la pizza y envía una señal. Al entrar en el horno, un sensor también a prueba de altas temperaturas identifica la pizza. Sabe a qué hora ha entrado en el horno, si es una prosciutto o una carbonara, por lo que sabe perfectamente cuánto debe tardar en hornearse. Se emiten avisos para sacar las pizzas en el momento óptimo, y ninguna se les tuesta en exceso. Se puede saber en todo momento cómo va una pizza concreta. Incluso se podría mostrar esa información a los comensales. Las pizzas se sirven en la propia piedra, así que la mesa detecta que se ha servido.

Así, Mamá Personita espera que en su restaurante no haya problemas de espera, pizzas poco o muy hechas, comandas olvidadas ni extraviadas. Además, podrá saber perfectamente el tiempo medio que tarda en hacerse cada tipo de pizza, pudiendo servir al mismo tiempo exactamente pizzas diferentes en una misma mesa, sin que ninguna se haya quedado fría.

Pero eso será en unos meses. De momento, llega el final del día. Mamá Personita tendrá que revisar las cuentas y mirar el estado de cada cosa. Algo que ahora resulta sencillo y rápido, y que puede hacer desde casa. Las largas noches frente a la calculadora son cosa del pasado, gracias a que sus finanzas están bajo control. Antes de irse, por la tarde, a recoger a sus hijos al colegio, tiene la tranquilidad de que todo funciona como un reloj y que, pase lo que pase, mientras está en el sofá tumbada viendo una película con su Papá Personita, puede coger la tablet y saber todo de su negocio.

Algunas soluciones empleadas:

Báscula con conexión (aunque aún es prototipo):
LillyPad (Proyecto de Spark)
Lista de tareas:
Todoist
Calendario:
Google Calendar
Para enlazar todo:
IFTTT