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viernes, 6 de mayo de 2016

¿Sabe la gente cuánto ganas?

Hace algunos años ya, más de diez, un compañero de trabajo y yo tuvimos una interesante conversación sobre las negociaciones con los jefes referente al salario de uno: pedir una subida o no, cuánto pedir cuando se va a un trabajo nuevo... Uno de los problemas es que a uno le falta información sobre lo que se gana, en general, en un puesto para el que va a ser contratado. Hay webs y sitios donde esto aparece, pero se basan en estadísticas donde, tal vez, se participa más cuanto más se gana, lo que desvía al alza los datos. Independientemente de eso, la conversación cambió mi vida por una simple cosa: me dijo cuánto ganaban él y nuestro jefe.

En Finlandia, Suecia y Noruega, lo que tributan los ciudadanos es público

Que él dijese cuánto ganaba está socialmente mal visto. Que diga lo que gana el jefe, peor aún, claro. Sin embargo, siempre me he preguntado por qué. La razón, supongo, es que es un sentimiento común el rechazo a que los demás sepan algo así de uno, ya sea porque consideramos que ganamos poco, así que preferimos que no se sepa, o porque ganamos más, y decirlo puede sonar a lucimiento personal. Sea como fuere, no está bien visto socialmente.

Y estoy en contra. A mí me ayudó mucho, y en las dos negociaciones siguientes para nuevos puestos de trabajo casi dupliqué mis ingresos. Que otros compañeros en puestos similares al mío sepan lo que gano creo que puede ayudarles, como a mí saber lo que ganan ellos. Si gano más, ellos sabrán que pueden mejorar y negociar mejor. Si es al revés, lo sabré yo. E, independientemente de eso, el que más gana tendrá una inyección de moral. Y si ganamos lo mismo, sabremos que podemos sentir que ganamos lo aparentemente justo o, cuando menos, lo que el mercado parece establecer.

Todo esto viene a que, en el mundo, yo no lo sabía, pero hay cuatro países que han hecho públicas las declaraciones tributarias de sus ciudadanos. Son Finlandia, Suecia, Noruega y... Pakistán. En Noruega, concretamente, se puede ir a una web y buscar cuánto ha tributado otro ciudadano cualquiera. Eso sí: desde hace dos años las búsquedas también son públicas. O sea, que si yo busco lo que gana alguien, ese alguien lo sabrá.

Y me parece maravilloso. Imaginen que se hacen públicas las finanzas de todos los españoles. ¿Qué consecuencias tendría? Pues, según mis conclusiones y las de varios estudios basados en la experiencia de Noruega, Suecia y Finlandia, las ventajas son muchas:

  • Los trabajadores pueden saber cuánto gana gente que trabaja en lo mismo que ellos, mejorando su satisfacción por un buen sueldo o dándoles argumentos para reclamarlo.
  • Estadísticamente, la felicidad de la gente en estos países ha aumentado, sobre todo en las rentas altas.
  • En estos países, la evasión fiscal se ha reducido tras la implantación de cuentas públicas.
  • Permite que haya servicios que aporten datos sobre salarios y rentas basados no sólo en encuestas, sino en datos fiables y completos.
  • Es un punto crucial en la transparencia de cuentas de los políticos y altos cargos de la Administración.

Así pues, ¡promovamos unas cuentas públicas! Si gana poco, le vendrá bien para saber lo que puede lograr. Si gana mucho, su satisfacción personal mejorará notablemente.

martes, 19 de mayo de 2015

La banca de 2005 y la de ahora

Acabo de encontrar un mail que escribí a OpenBank allá por 2005. Yo era cliente del banco, que me gustó que fuese casi al 100% online, y mi mujer y yo decidimos abrirnos una cuenta en él. El caso es que yo, por aquel entonces (y ahora) era capaz de percibir el poder de la web y la minería de datos, y me sorprendió lo poco que aprovechaba un banco así la información de que disponía y los servicios tan impersonales que prestaba.

En mi ingenuidad, les mandé un mail repleto de sugerencias, por si a alguien ahí dentro le interesaba. Lo hice porque el Santander acababa de comprar Patagon (como se llamaba hasta entonces), y habían iniciado una reforma de la interfaz e imagen general del sitio. Como era de esperar, jamás recibí respuesta. Además, aún no han llevado a cabo ningún cambio en la dirección que les comenté. Curiosamente, ING, donde tengo cuenta actualmente, sí ha cambiado la interfaz para ofrecer algo más cercano a lo que en su día imaginé.

Me sorprende un poco el correo, que creo que está un poco adelantado a su tiempo, a la vista de que los bancos no se están poniendo las pilas hasta hoy, ¡diez años después! De hecho, doce, porque en el mail comento que "llevo un par de años dándole vueltas a escribirles". Y, pese a tanto tiempo pasado, aún les queda por hacer... En el mail les comento que espero de una plataforma web un servicio de asesoramiento personalizado. Aún no termino de obtenerlo en ING siquiera, lo que me sorprende, porque existe desde hace tiempo la tecnología. Y datos tienen: muchos. Yo soñé con un banco 4.0. Y lo quiero. Lo quiero ya, y no lo tengo.

Como aún dispongo de cuenta en OpenBank (algún día iré a Madrid a darla de baja), he entrado a ver cómo están las cosas. Han limpiado la interfaz, pero sigue siendo lo mismo: una web diseñada por programadores y arquitectos de bases de datos. Se trata de gestionar tus productos, sin más, sin asesoramiento alguno, de una forma impersonal, fría y, encima, compleja. Siguen sin poner enlaces que se entiendan bien, sin poner opciones por defecto apropiadas y sin hacer mil cosas que ya en 2005 les sugerí que cambiasen.

La banca española, que en su momento fue pionera en muchos sistemas, como el uso generalizado de las tarjetas (para evitar el trasiego de furgones blindados ante el riesgo de asaltos por parte de ETA, allá por los 80), creo que debería ponerse las pilas una vez más en favor de una modernización de sus servicios. Irónicamente, ando aquí comentando lo falta que está la banca de mejoras en la web cuando hace un par de años Ana Botín fue nombrada consejera en Coca Cola, entre otras cosas, por "su experiencia en tecnologías de Internet".

No tengo cuenta en todos los bancos, pero los del Grupo Santander veo que no son muy allá en cuestiones web. Conozco también La Caixa, que no queda mucho mejor. ING les supera con creces, pero no llega a lo que debería, 12 años después de mi sueño de banca moderna no encuentro el banco que quiero.

Quiero mi banco 4.0. Aunque igual hay que esperar otros 12 años, escudados en que su código es antiguo, que sus datos son financieros y muy importantes como para ponerlos en riesgo con un cambio grande, que en definitiva son gestores de riesgos y ellos de arriesgarse poco... Excusas.

viernes, 9 de enero de 2015

Enseñar a manejar dinero

Mis hijos tienen ahorros. No les damos paga, pero alguna vez alguien les ha dado dinero y lo han guardado en su hucha. Aunque mi mujer y yo creemos que es importante que aprendan a valorar las cosas y a manejar el dinero, la realidad es que a día de hoy no hemos iniciado ninguna acción concreta para enseñar a nuestros hijos cómo se gana dinero y qué hay que hacer con él.

Así pues, de cara a este año nos hemos planteado iniciar un plan para que aprendan conceptos que nos parecen importantes. No lo hemos concretado, pero sí nos hemos propuesto pensar en ello y ponernos manos a la obra. Así que me ha dado por darle unas vueltas. Este post es un "pensamiento en voz alta" (¿o debería decir "pensamiento en letra clara"?) sobre lo que me gustaría que consiga el sistema que desarrollemos para nuestros hijos.

Objetivos

Las cosas cuestan

Entender que las cosas tienen un coste económico es importante. Hasta ahora les hemos ido dando o negando lo que nos pedían, que siempre ha ido a cargo de nuestro bolsillo. En general, sobre todo al mayor, sí les hemos hecho conscientes de los costes de algunas cosas, pero estaría bien que ellos se den cuenta porque tienen que pagarlo.

Ganar dinero cuesta

La paga semanal me parece un sistema estupendo para que los niños tengan dinero. Sin embargo, el dinero no llueve del cielo, y papá y mamá no estarán aquí siempre para darles una renta. Mi hermana no da paga a sus hijos: ella y mi cuñado les dan trabajo para que consigan dinero. Es estupendo, porque realmente saben que ganar dinero cuesta. Sin embargo, no todos tenemos posibilidad de dar trabajo. En un sitio web leí sobre una familia donde la madre pone un cartel en la cocina ofreciendo tantos dólares a cambio de ayuda para fregar, limpiar y cosas así. Me pareció una buena idea, pero por otro lado ¿qué consecuencias puede tener a largo plazo que los niños hagan tareas de casa a cambio de una recompensa? ¿No deberían saber que ciertas cosas, especialmente las tareas de casa, hay que hacerlas porque es un trabajo que debe compartise?

Conseguir trabajo cuesta

Si bien no para este momento (¿o sí?), sino para cuando sean algo mayores, creo que estaría bien aprender que conseguir trabajo no es ir a papá y mamá y pedirles algo que hacer. Ir ahí fuera y buscarse la vida es difícil. Conseguir trabajo cuesta. A lo mejor es mucho pedir, pero creo que establecer algo de negociación de por medio cuando son mayores o, incluso, incentivar la propia iniciativa, puede ser muy positivo.

Ahorrar es importante

En una web leí hace tiempo que unos padres hacen que sus hijos planteen cosas caras que quieran comprar a medio plazo, y les obligan a reservar un porcentaje de la paga para conseguirlo. Me parece estupendo. El establecimiento de "botes" u objetivos a medio plazo hace que los niños aprendan a ser pacientes y a aprender que el esfuerzo no solo es económico, sino a veces también es de tiempo. Saber mirar al largo plazo es importante.

El poder del interés compuesto

Me parece fundamental que los niños sientan en sus propias carnes el poder del interés compuesto. Se me ocurrió una vez que su hucha produzca intereses, altos al principio (cuando son más niños, porque si no pensarán que se gana muy poco) y bajo a la larga. Si eso se une al punto siguiente, puede ser un aprendizaje de maravillosas consecuencias.

Invertir

De momento esta parte no me interesa tanto, aunque estoy abierto a ideas que permitan enseñarlo desde ya. Supongamos que se hacen mayorcitos y han aprendido a ahorrar y el poder del interés compuesto. Poco a poco les hemos ido bajando el interés y ahora mismo no obtienen mucho dinero en su hucha. ¿Cómo podríamos hacer para enseñarles que hay inversiones y que estas inversiones, a largo plazo (gracias al interés compuesto) pueden darles grandes beneficios?

El coste de la vida

También para mayores, me encantaría que los niños fuesen conscientes de que la vida, en sí, cuesta dinero. Que sus padres pagan todos los meses por vivir donde viven, por el agua que consumen, por la comida, por la electricidad que alimenta la consola...

Ser solidario

En el objetivo "ahorrar es importante" menciono a unos padres que obligan a sus hijos a ahorrar para objetivos a medio plazo. Esa misma familia les obliga a dedicar parte de sus ganancias a obras solidarias. No sé si eso es algo que habría que enseñar como parte de la educación financiera, pero hacer consciente a los niños de las necesidades de otros, desde luego, sí lo es. Igual no es mala idea.

Manejar presupuestos

Cuando los niños tienen edad suficiente para manejar álgebra elemental creo que es bueno que lleven sus cuentas. Cuando se planteen objetivos a medio plazo estaría bien que calculen cuánto tardarán en alcanzarlos, así como saber en todo momento, sin contar el dinero, cuánto tienen.

La hora de las cuentas

Mi mujer y yo hubo un tiempo en que llevábamos nuestras cuentas al céntimo, y dedicábamos siempre tiempo a revisarlas y ponerlas a punto. Perdimos la costumbre con la última mudanza, pero está entre nuestros objetivos del año recuperar la costumbre. Sería una estupenda idea que hagamos esas cuentas siempre el mismo día de la semana y a la misma hora y que, junto a nosotros, los niños hagan las suyas, bajo nuestra supervisión. Así verán que es algo que hacen ellos y hacemos nosotros, los mayores, y lo tomarán como una costumbre.

Imprevistos

Esto, como algún otro objetivo de los que se me van ocurriendo, es un plus. ¿Sería posible introducir en su economía el concepto de imprevistos? Cuando alcancen cierta edad vendrán solos, pero ¿se les puede hacer conscientes antes de lo que implican y de la necesidad de reservar un dinero para ellos en su presupuesto?


Estos son, escritos a bote pronto y en el orden que han salido, los objetivos que se me ocurren que podría cumplir un buen sistema de enseñanza de finanzas personales. Cuando tengamos claro el sistema y cómo implementarlo, escribiré otro post.

¿Se os ocurren otros objetivos? ¿Qué más cosas creéis que es importante que los niños (o adolescentes) aprendan sobre sus finanzas personales?