viernes, 9 de octubre de 2015

Carta a los Reyes

Sí, amigos: llegan esas fechas en que el tiempo se acelera y faltan "buf, dos meses todavía... ¡no, espera que ya están aquí!", o sea, NADA, para las fiestas de Navidad. Todos hicimos promesa de no andar con prisas el pasado año (y el anterior, y el anterior...) y sí: nos pilló el toro y vamos camino de lo mismo este año si no nos ponemos las pilas.

Como siempre, en septiembre ha habido gastos extra, octubre estamos con el agua al cuello, así que bueno, como queda tiempo... Y no nos damos cuenta de que noviembre se pasa con los cumples de todos aquellos cuyos padres celebraron el Año Nuevo con un, bueno... Eso, ya me entendéis. Así que noviembre tampoco. Y llega diciembre y estamos otro año igual.

Y no "escribimos la carta a los Reyes" (guiño guiño). Por tanto, yo voy haciendo mi lista ya, para ir teniéndola clara.

Lo primero es lo típico: quiero que la gente tenga comida y este país sea un lugar de amor y prosperidad y bla, bla... Vamos, que quiero políticos nuevos. A ver si para el 20 de diciembre, con eso de que la Navidad anda cerca, tenemos por fin algún candidato con narices: Rajoy tiene una inspiración divina y se da cuenta de que no le quieren ni los de su propio partido, el PSOE presenta un programa propio y no un "tened miedo al PP", y las nuevas alternativas resultan ser alternativas de verdad y no una amenaza a la gobernabilidad.

Pero al tajo. Debo ahorr... Digo, que esto de ser un jugón con hijos jugones es horrible: se necesita mucho dinero. ¿Y por qué? Pues porque ayer instalé la demo-beta (o lo que sea, porque una demo no debería estar en beta, y una beta no es una demo, pero los de Electronic Arts ya no saben qué hacer para llamar la atención) del esperadísimo Star Wars Battlefront. Ay, esperad, que con decirlo una vez no tengo bastante: Battlefront. Baaaaaaaaaaatleeeefronttttt... Si es que se me hace la boca agua cada vez que lo digo.

Y claro, hago lista irreal-consumista de estas que da vergüenza leerla y luego voy a Misa y como que me siento sucio:

  • Santi necesita un PC de gaming como Dios manda. Nada espectacular, pero ya les constaría a los Reyes casi 500 pavos. Flipa. Porque tendrá una gráfica como es debido. Monitor ya tiene (sí, lo sé: WTF, ¿tiene el monitor y no la torre? Una larga historia).
  • Eso me recuerda que ayer instalé el Battlefront en mi PC y no tira porque no tengo gráfica adecuada: hala, algo sencillo son otros 120 euros. Ya sé que los gamers dirán que ni de guasa, pero yo tiro de requisitos mínimos y arreando, que no hay para más.
  • Luego, claro, necesitamos el Battlefront. Como yo no voy a estar con él a saco porque he cumplido 40 y he decidido que los juegos buenos para consola y mi tiempo de PC lo concentraré en el Hearthstone, pues "solo" dos licencias de Battlefront: ¡y son 60 euros cada una! Es lo habitual en los juegos nuevos, debo decir, pero que un juego que tiene compras internas valga eso es como que... Argh, qué me estáis contando, amigos de EA. Pero bueno: 120 euros.
  • Yo, en vez de Battlefront, me conformo con una tarjeta de 20€ de Blizzard para comprarme la aventura de Nexxramas de Hearthstone.
  • Pero bueno, venga va... Si es una carta cargada de ilusión: SEAMOS CONSUMISTAS. ¡Sale el Fallout 4! Mi querido amigo Sergio pensaba que ya me había olvidado del "Falete", jejeje... No, pero es que para mí, el Fallout 4 no solo implica los 65€, sino, además...
  • ¡Una XBox ONE! Porque el Fallout 4 no sale ya para la XBox 360, que es la que tengo. Y mi corazón llora. Angelito... Por suerte, para Navidad sacan un bundle de XBox ONE de 1TB y Fallout 4 por 400 euros "solamente". JAJAJAJA, es que me parto: solo. ¿En qué momento de la vida de este país 400 euros pasaron a ser "solo" 400 euros? En fin...
  • Y no he mencionado que los niños querrán, encima, el Disney Infinity 3.0. Recuerdo que esta carta es la de "¡halaaaa, vengaaaa, consumismoooo!". Luego pongo la buena. Pero eso: Infinity 3.0: Creo que son 60 pavos ("solo", jijijiji...)
  • Y, para terminar, dado que queremos organizar partidaza de Minecraft cuando Santi tenga su PC, pues, la licencia de Santi: 20€ más.
Buffffff... Esto es consumismo y lo demás es tontería. Y solo he hablado de videojuegos de casa: ni de los regalos de mi mujer, ni de los del resto de familia. En total, si de verdad cumpliesen con todo esto, los caprichitos les saldrían a los Reyes (santísimos Reyes si traen todo esto, porque no sé cómo alguien es capaz de decir que "sí" a tal alarde de consumismo) por... Nada: "solo" ¡1240 euros! Una indecencia.

La lista de verdad

La realidad es que, ante estos impulsos de "quiero quiero quiero", todos debemos hacer un esfuerzo por controlar las cosas y darle realismo y perspectiva. Es un buen ejercicio para mantener los pies en la tierra. No se trata de tener dinero o no: se trata de mantener cierta decencia, creo yo.

A poco que alguien lea la lista, se dará cuenta de que yo, siendo un padre de 40 años que usa el tiempo libre para sacar adelante proyectos que puedan convertirse en el futuro, con suerte, en un negocio, no puedo jugar todo lo que quisiera. Compré el Fallout New Vegas hace un año y aún no llevo ni la mitad. No lo terminaré hasta los Reyes de 2017, así que hasta entonces tiraré con la XBox 360, que va de maravilla. Ya entonces, con un año de retraso, igual pido la ONE con el Fallout 4, que estará mucho más barato.

Dado que no voy a jugar al Battlefront, puedo prescindir de la gráfica. Sí, lo sé: el día de la partidaza de Minecraft solo podré renderizar 10 chunks en vez de 20. Pues oye... No pasa nada. No voy a gastar 120 euros por un día de ocio. Ni de guasa.

Los niños, con la demo de Battlefront tienen bastante. Les queda mucho Minecraft por disfrutar, y seguro que el Infinity les ilusiona más que suficiente.

Así pues, a poco que demos algo de realismo a la lista, todo se queda en el PC de Santi (que es el regalo gordo, porque realmente hace falta para que jueguen juntos sin tener que dejar yo de trabajar), su licencia de Minecraft y el Infinity. Y arreando: 580 euros. Y son unos estupendísimos reyes con menos de la mitad de gasto (y por el PC de Santi, que si no...). Si se quiere compensar un poco el gasto de Santi y darle algo más a Enrique, una tarjeta de 20€ de Blizzard le encantará. Todo esto, claro, aparte de las cosas útiles, lo nuestro y familia.

Este ejercicio de anti-consumismo, insisto, no es una cuestión de tener o no tener, sino de ser o no ser. Y lo más importante es que, de alguna manera, hay que trasladárselo a los niños. Ellos, por pedir que no quede, pero es bueno que sepan analizar un poco y dar prioridad a sus regalos. En el caso de Cris y yo, lo que solemos hacer es dejarles escribir tres cosas, de las que una ha de ser útil: ropa, algo que necesiten y no sea para jugar, una mochila para el cole, cosas así. Solo tres. Luego, claro está, nos enteramos de alguna otra para poder echar una mano a la familia cuando pregunta, pero nos parece importante que los niños se coman un poco la cabeza con lo que realmente van a usar y lo que no.

Que sean conscientes de que tal juego lo pidieron y lo han usado muy poco suele ser muy conveniente. Que se den cuenta de que para ellos no es lo mismo un regalo que otro, que algunos los aprovechan mucho y otros no tanto, les ayuda a valorar las cosas. Y, en el fondo, se trata de eso: de que valoren lo que tienen.

Estoy diciendo esto teniendo este año un gasto como los 500 del PC de Santi, pero no deja de ser una cuestión de que tengan que decidir, poner en una balanza, valorar. Los Reyes son lo contrario de lo que se supone que predica el cristianismo, que es el origen de la fiesta: son un exceso de consumismo. Realmente, los niños se ilusionan con cualquier cosa, pero hay unas que acaban arriba, en el altillo del armario, o abajo en el trastero, y otras que no. No se trata solo de que nosotros seamos conscientes: se trata de que ellos también.

En definitiva, los reyes son una buena oportunidad para educar a nuestros hijos.

1 comentario:

  1. Te entiendo perfectamente. Yo por si acaso llevo 2 meses ahorrando para el Falete 4 ;)

    ResponderEliminar