lunes, 20 de junio de 2016

El mal menor

Como suele ser mi costumbre los lunes, acabo de ver el último vídeo de Last Week Tonight, el programa del mordaz John Olivier. Esta vez, ha tratado el tema del famoso Brexit. Como buen británico, a Olivier le interesa el tema y, como él mismo indica, a todos debería importarles, incluso al otro lado del charco, porque las implicaciones económicas de una hipotética salida de Reino Unido de la Unión Europea son grandes.

En cualquier caso, la pregunta que surge viendo el programa es "¿qué es peor?". No parece haber solución perfecta, ni siquiera buena. La Unión Europea es un ente extremadamente burocrático, complejo y engorroso. Da la sensación de ser un aparato gigantesco con terribles problemas de diseño. Sin embargo, salir de la UE puede ser peor que estar en ella, por mucho que nos guste poner sus instituciones a caldo. Y digo "nos guste", porque los británicos deben de creer que son los únicos a quienes la Unión no les gusta, pero personalmente me siento muy alineado con sus críticas.

La Unión Europea se construyó con ilusión, como quienes hacen una casa común, cada cuál poniendo lo que le da la gana y como le da la gana. Pero a quién le importa que Fulanito ponga esto así o asá: la ilusión del proyecto es mayor y no vamos a discutir por eso. Años después, todos miramos la casa, mal hecha y fea de narices, con la ilusión ya pasada, y nos damos cuenta de que es un horror, pero tenerla es mejor que vivir a la intemperie.

El caso es que pensando en ello, esto me recuerda a las elecciones en España. La gente vota a Podemos porque por mucho que critiquen sus ideas, votar lo de siempre no funciona. Y la gente vota al PP porque, aunque no soportan a Rajoy, que salga Podemos es peor. ¿Soy yo, o esta época que vivimos bien podría llamarse "la década de la búsqueda del mal menor"?

Creo haberlo comentado en posts anteriores. Cuando ya ninguna solución es satisfactoria, es hora de echar marcha atrás y revisar las bases y fundamentos que damos por seguros para buscar soluciones nuevas. Es hora de innovar, de crear modelos de estado nuevos, donde mantengamos lo bueno y corrijamos lo malo con fórmulas novedosas. Es hora de replantearse la relación entre los estados de la UE y sus bases para crear una estructura más eficaz manteniendo la unidad. Es hora de innovar, pero por mucho partido nuevo que veo, sigo escuchando fórmulas antiguas.

Es inevitable: la Historia así nos lo enseña. Alguien innovará y liderará el nuevo siglo que ya ha comenzado. No sé quién, pero alguien lo hará. El problema es que, cuanto más tarde en llegar, peor y más violento será el cambio. Siempre ocurre igual. Y siempre ocurrirá.

Es la época que nos ha tocado vivir.

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